Es el sistema más clásico de todos, pero que vuelve pisando con fuerza ya que se adaptan a cualquier estilo de decoración.
Su principal ventaja es que se puede regular la entrada de luz en la habitación simplemente girando las lamas, no se puede eliminar por completo la luz en la estancia y también permite el paso del aire a través de sus lamas sin necesidad de abrirla.
El accionamiento puede ser manual a través del sistema de cuerdas o automatizado a través de motor integrado en el propio cabezal de la veneciana, con pulsador de pared o a través de mando a distancia vía radio.
Los materiales empleados son el aluminio o la madera, y las lamas pueden ser de varios tamaños, el más estandarizado es el de 25 mm en aluminio y 50 mm en madera.
SERVICIO TÉCNICO PROPIO.